¡Oh, tallos que se enredan sin fin!
¡Oh, brotes, tan serenos en su plegado silencio!
¡Oh, mis adoradas campanillas blancas,
más puras no las hay,
si bien su hermosura es efímera!
¡Oh, guirnaldas frondosas, colgadas
en coronas junto al camino,
cómo no cantar su esplendor!
— Canto del Hada Campanilla, de Fairies of the Wayside